
Investigadores del Conicet de La Plata y Bahía Blanca proporcionó la primera evidencia de contaminación por microplásticos en pingüinos de Magallanes al encontrar polipropileno y poliéster en sus cuerpos, que terminan en los océanos a través de la actividad humana.
La contaminación plástica es un un problema ambiental de creciente preocupación mundial.
Es que los diferentes ecosistemas sufren los devastadores efectos de la acumulación de residuos de este material, ya que tarda muchos años en descomponerse.
Investigadores en #CONICET proporcionar la primera evidencia de #contaminación por #microplásticos y otros residuos en #pingüinos de Magallanes
En su mayoría encontraron #Polipropileno y #poliésterque llegan a los océanos a través de la acción humana
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— CONICET La Plata (@CONICETLaPlata) 11 de abril de 2023
Los primeros indicios de contaminación plástica se remontan a la década de 1960, cuando se empezó a entender el impacto que tenía en los océanos y en la dieta de las aves marinas.
“Tomamos muestras de pingüinos que murieron durante la rehabilitación tras vararse en la orilla para analizar sus tractos digestivos y encontrar rastros de ingestión de plástico y partículas de plástico”
En la ultima década, la evidencia científica se ha multiplicado casi exponencialmente y ha despertado el interés de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ha puesto en marcha una mesa redonda internacional de unos 160 países que quieren impulsar un tratado que fomente doblar la línea de producción de plástico, reducir su consumo y promover su reutilización.
En ese contexto, expertos del Instituto Argentino de Oceanografía y del Centro de Química Inorgánica «Pedro J. Aymonino» comenzaron a investigar los efectos que este tipo de contaminación tiene en las costas y plataformas marinas y encontraron evidencia de contaminación plástica en pingüinos de Magallanes, que publicaron recientemente en la revista científica Marine Pollution Bulletin.

«Cada año los pingüinos migran desde el sur a Brasil. En el camino, muchas personas se enferman y llegan a las playas en estado grave o muertas. Estamos tomando muestras de pingüinos que han muerto durante la rehabilitación después de vararse en la orilla para analizar sus tractos digestivos y buscar signos de ingestión de plástico y partículas de plástico». Tatiana Recabarren Villalón, primera autora de la obra, expresó un comunicado.
Explicó que “las aves son buenos bioindicadores porque son oportunistas y se alimentan de todo lo que flota en el agua. Pero el pingüino de Magallanes es más selectivo, elige y caza a sus presas, especialmente a los peces, lo que nos hizo pensar que el nivel de plástico en él no será muy alto”.
“Conseguimos distinguir el material polimérico de origen plástico, algo muy importante que puede dar pistas tanto sobre el origen como el origen de la contaminación”
Detección de microplásticos
El equipo estudió todo el tracto digestivo, separando la materia orgánica y clasificando cualquier evidencia de presencia de microplásticos por tamaño, tipo y color. Luego de digeridas las muestras, fueron enviadas al Centro Químico para determinar la composición de los residuos encontrados.
“Pudimos distinguir el material polimérico de origen plástico, algo muy importante que puede dar pistas tanto sobre el origen y el origen de la contaminación, como de las posibles consecuencias para la salud que acarrean los diferentes materiales plásticos”, señaló el investigador Lucas Rodríguez Pirani.
Los expertos señalaron que En todas las aves estudiadas, las micropartículas representaron el 91 por ciento de los desechos encontrados, de los cuales el 97 por ciento fueron fibras de origen antrópico, es decir, de la actividad humana.

En el mismo sentido, más del 62% del total de partículas fueron de origen plástico, siendo las más representadas el polipropileno y el poliéster. También se encontraron fibras de celulosa semisintéticas, partículas metálicas y pigmentos utilizados en la industria textil y plástica.
Ojo, Andrés Arias, otro investigador del trabajo, señaló: “Aunque no tenemos verificación directa, lo que encontramos muy probablemente lleva a sus presas, es decir, comen peces que antes comían ese plástico”.
“El hecho de que sea una especie carismática la que se vea afectada contribuye a una mayor conciencia o conciencia ambiental de todas las partes involucradas en el camino del plástico hacia el océano: desde la industria petroquímica hasta los usuarios finales”.
Afirmó que “el estudio nos permite asumir que este pingüino es un buen bioindicador de lo que está pasando en el agua, el estado del nivel de contaminación que tiene” y agregó que “La evidencia nos dice que la principal fuente de esta contaminación son los humanos, a través de las aguas residuales o la pesca”.
“Quizás el hecho de que sea una especie carismática la que se vea afectada contribuye a una mayor conciencia o conciencia ambiental de todas las partes involucradas en el camino del plástico al océano: desde la industria petroquímica hasta los usuarios finales”, concluyó Arias.