
El Consejo de la Magistratura, órgano que elige y destituye a los jueces, puso fin a la parálisis de nueve meses y aguardaba una nueva etapa con los habituales roces entre la oposición y el oficialismopero en el marco de acuerdos generales para el funcionamiento de la institución constitucional.
Ese parece haber sido el caso meta de 18 asesores, más el presidente de la Corte Suprema y titular del Consejo, Horacio Rosatti, cuando votaron el pasado martes por la jueza de familia Agustina Díaz Cordero como vicepresidenta del organismoy así despejó el imperativo de elegir el gobierno para que la organización pudiera funcionar.
También eligieron por unanimidad a los directores que integrarán las cinco comisionesAunque el verdadero debate se llevará a cabo cuando se elijan las facultades de aquellas comisiones de selección de jueces y de la Escuela Judicial; Disciplina; Cargar; Administración y finanzas y regulación.
Díaz Cordero llegó con el apoyo de jueces, abogados, académicos y concejales asociados a Juntos por el Cambio (JxC), que suman 13 votos, frente a seis legisladores y dirigentes del Frente de Todos (FdT), que se opusieron sin éxito a la candidatura del activista laboral Héctor Recalde.
«Había que empezar», resume una fuente de la organización que valora más una votación unánime a favor de la integración de comisiones que una elección dividida de vicepresidente.
Si ese inicio, al que priman el oficialismo y la oposición, se verá el próximo miércoles -que el pleno determinó y votó como jornada laboral- y si se llega a un acuerdo en una agenda que destrabe la aprobación de más de mil vacantes judiciales ya cubiertas en un sistema judicial nacional y federal que sufre una vacancia promedio del 30 por ciento.
Parada
La parálisis del Consejo se consolidó en diciembre de 2021, cuando la Corte Suprema dictaminó que el equilibrio entre el patrimonio de jueces, abogados, académicos y legisladores era inconstitucional por el predominio de los asesores políticos sobre los técnicos.

Esta escisión de la organización, que debía llevar a sus integrantes de 13 a 20, se complejizó y se convirtió en una lucha de poder cuando el bloque oficialista en el Senado se escindió, el flamante bloque Unidad Ciudadana asumió por segunda vez al senador. minoritario y designado rio negro martin donate.
El tribunal intervino entonces en la demanda de la oposición y declaró nulo el nombramiento de Doñate, al que calificó de «fraude» del oficialismo para quedarse con tres de los cuatro escaños del Consejo. que corresponden al Senado.
La mayoría en el Senado insistió en la designación de Doñate, y luego Rosatti, en su calidad de doble presidente del Consejo y de la Corte, negó el juramento al rionegrino alegando que la decisión era de última instancia. sobre la elección de los consejeros y la atribución del presidente del tribunal.
el último plenario
En la sesión plenaria de la semana pasada, precisamente el senador mariano recalde fue el encargado de tomar la palabra para recordar todo el proceso: «Estamos ante un consejo temporal que funciona tras una decisión pretoriana que derogó una ley que llevaba 16 años en vigor».
Recalde continuó recordando que «estamos a la espera de una nueva ley que regulará y determinará el trabajo del Consejo y que vendrá de donde tiene que salir en la República: el poder legislativo».
A modo de síntesis, Recalde dijo que «no tiene la menor duda» de que «esta composición y estas decisiones tienen como objetivo evitar que se juzgue a los jueces corruptos que tiene la Argentina».
El abogado radical respondió miguel piedecasasquien negó alentar la impunidad de los jueces y, por el contrario, argumentó que «la deuda es una política que no le dio a la República Argentina una nueva ley» sobre la composición del Consejo, como afirmó la Corte en la sentencia que lo declaró inconstitucional.
Pero la reacción más dura provino de un representante radical. roxana reyesquien acusó al kirchnerismo de «obsesión» con la manipulación de los jueces y el poder judicial.

En estas transiciones, que de alguna manera comprometieron la intención de avanzar en los acuerdos necesarios, El equilibrio de poder era claro: la burocracia con un bloque mayoritario de seis concejales y la oposición en la basepuede obtener el apoyo de miembros técnicos y sumar 13 votos, una mayoría especial para aprobar listas de árbitros preseleccionados o eliminar árbitros por bajo rendimiento.
El próximo miércoles se sabrá por fin si el Consejo profundiza sus desencuentros y vuelve al ostracismo, o si consigue avanzar hacia la convivencia productiva a pesar de sus diferencias.