
Papá Juan Pablo II dio a Rafael Videla, el entonces presidente dictatorial, la Eucaristía. A las mujeres con pañuelos blancos, madres y abuelas de desaparecidos, no.
era el presidente carlos menem que perdonó el intento genocida de democracia. Dijo que su aprobación era la del Papa polaco y los obispos argentinos.
Décadas atrás, los capellanes caminaban por las fauces del terrorismo de Estado, desconocido para la mayoría de los argentinos, que eran centros secretos de detención, tortura y exterminio, donde bendecían a genocidas tras masacres diabólicas y presenciaban el robo de bebés a mujeres secuestradas.
En ese momento, la jerarquía católica tuvo obispos que entregaron a sus propios familiares a la desaparición, incluso el vicario militar, el confesor de Videla y al inicio de la dictadura del presidente de la Conferencia Episcopal, quien justificó teológicamente «guerra contra la subversión»; u otro monseñor, también en la parroquia militar, que dio a su isla «Quietud» esconder el desaparecido de la ESMA, que los marinos ocultaron antes de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Mientras el exterminio cubrió la luz de Cristo y entristeció el gozo del Evangelio en Argentina, así como en Sudamérica según los archivos militares de Estados Unidos sobre el «Plan Cóndor», hubo un joven sacerdote desconocido quien padeció el terrorismo de Estado en su propio núcleo familiar. Dos de sus primos hermanos que trabajaban en la judicatura con militantes sindicales y vecinales han desaparecido. 40 años después, el Papa argentino y los jesuitas elegirán a este sacerdote como conductor de los obispos de su patria.

Óscar Vicente Ojea Quintana es presidente de la Asociación desde 2017 Conferencia Episcopal Argentina (CEA). El Papa no aceptó su renuncia por su edad, ya tiene 75 años, y el próximo año termina su segundo y último mandato, prorrogado un año más por la pandemia mundial en 2020.
No es lo mismo presidir el sacerdocio que ser presidente de la nación. Los bautizados no votan por ella. Es una elección cerrada entre obispos, con el acompañamiento decisivo del Papa. Además, la forma de conducir el cuerpo colegiado de los apóstoles de Jesús, que es lo que significa ser un obispo católico, es la prudencia, el consenso interno de acuerdo con el gobierno de la Iglesia universal, el monarca católico que es el Papa, y sobre todo controlar el hermetismo que impide el conocimiento de las diferencias internas.
Ojea, hincha del mismo equipo de fútbol de Jorge Mario Bergoglio, fue su obispo auxiliar, lo que se entiende de ayuda en el comportamiento de la iglesia en Buenos Aires. En este caso, estaba a cargo de la vicaría en el centro de Buenos Aires, que comprende unas 52 parroquias en el centro del poder económico y político de Argentina. Luego, en 2009, el Papa Benedicto XVI nombró a Ojea obispo coadjutor de San Isidro, una diócesis que reúne a las familias más poderosas, pero con miles de personas que sobreviven en villas, asentamientos, barrios sin agua corriente, alcantarillado, luz y gas. . Poco después, en 2011, el entonces presidente de la CEA, Bergoglio, ascendió a Ojea a presidencia de la Comisión Episcopal de Caritas y asume la diócesis de San Isidro.
El sumo sacerdote me explicó que el grupo colegiado de la HUP expresa lo que está pasando en la sociedad misma.
Hay obispos argentinos que sus antecedentes familiares están vinculados a las fuerzas armadas involucradas en la represión ilegal y secreto que desaparecieron 30 mil personas y el robo de bebés llegó a cerca de 500.

Ese prelado no mencionó nombres al explicarme las contradicciones, pero vale la pena recordar el caso específico de un argentino que estuvo en el corazón de la diplomacia vaticana durante décadas. Monseñor Luis Mariano Montemayorel actual embajador papal en Irlanda es hijo de un oficial naval argentino que estuvo activo durante el terrorismo de estado.
¿Qué pensará el Nuncio Montemayor sobre la visita del presidente de los obispos argentinos al Museo de la memoria de la ex Escuela de Ingeniería Naval (ESMA)?
Esto se explica por la colegialidad, las contradicciones internas y la prudencia Solo después de 30 años del fin de la dictadura, se votó en el pleno de obispos la apertura de los archivos de la CEA «para promover un estudio más completo de esos eventos». Entre ellos estaba Bergoglio. De allí salió una carta al pueblo de Dios titulada “La fe en Jesucristo nos mueve a la verdad, la justicia y la paz”.
El análisis de los documentos ocultos de la iglesia durante el genocidio recientemente con Oje en la presidencia del clero, a fines de 2017, avanza junto a la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA), por lo que dicho institución asume la investigación y la publicación. En mayo de 2018 se inició un análisis de documentos de los años violentos, de 1966 a 1983, que salieron de la CEA, así como del Vaticano, su embajada en Argentina, la Nunciatura y su servicio clerical conocido como Secretaría de Estado.

La divulgación de documentos no tiene precedentes. Fue decisión del Papa Francisco digitalizar documentos durante la última dictadura (1976 a 1983) como su desclasificación ya que permitió su estudio (con algunas restricciones) cuando la norma permite su estudio sólo 70 años después de ocurridos los trágicos hechos.
“Quiere hacer visible la forma en que los pastores, que fueron los protagonistas de aquella época, intuyeron estos tiempos difíciles”convenció a los obispos de la mesa chica, es decir, la Comisión Ejecutiva de la CEA, que integra Oje junto a Marcelo Colombo (1° Vicepresidente y Obispo de Mendoza), Carlos Azpiroz Costa (2° Vicepresidente y Obispo de Bahía Blanca ) y Alberto G. Bochatey (secretario general y obispo auxiliar en La Plata) en el prólogo del libro «La verdad los hará libres» Incluye tres volúmenes, dos de los cuales ya han sido publicados. “Trabajar en el encuentro y la hermandad del pueblo argentino se logrará conociendo la verdad histórica y evitando relatos parciales y excusas ideológicas”, agregó el religioso.
Las palabras escritas no son suficientes. El Papa lo demuestra con gestos en esta década de la primavera de la Iglesia.
Así, a pocos días de conmemorarse el nuevo aniversario del golpe militar contra la presidenta demócrata María Isabel Martínez de Perón (ahora de 92 años y radicada en España desde 1981) se produjo otro hecho inédito para la iglesia vernácula.
El Presidente Monseñor Oje Quintana junto a otros diez monjes (musulmanes, evangélicos y judíos), acompañados del Secretario de Culto Nacional Guillermo Olivieri, Fueron a conocer el Museo Sitio de la Memoria instalado en la ex ESMAun centro clandestino donde más de 5.000 personas fueron encarceladas y desaparecidas, la mayoría vivas o muertas arrojadas al río y al mar, como quemadas.

A los dos únicos periodistas presentes que seguían la procesión no se les permitió entrar. La prudencia era completa. Nadie explicó la negativa a los grafistas y fotógrafos, pero se puede concluir que se trata de tensiones dentro de la jerarquía católica.
La conversión del clero a los derechos humanos en los años setenta fue lenta.
Ni siquiera tocó a los demás. Hoy aparentemente son menos, pero aún queda un bastión inmutable que oculta la ideología: “era una guerra contra la subversión”. El obispo militar asiste espiritualmente a las tres fuerzas armadas (Aeronáutica, Ejército y Marina) ya las tres fuerzas de seguridad nacional (Policía Aérea, Prefectura y Gendarmería), también tiene a su cargo las capillas de la Casa Rosada y de la villa presidencial en Olivos; Un caso especial es la Policía Federal, que tiene su propio clero policial, y su capellán es elegido por acuerdo entre el Arzobispo de Buenos Aires y el jefe de la Policía Federal.
En esta parte específica de la iglesia, donde se reúnen alrededor de 200 sacerdotes, se sostienen argumentos antidemocráticos y antievangélicos en apoyo a la junta militar. obispo militar, santiago oliveraaún no ha podido vislumbrar desde la Iglesia Catedral de Stella Maris, ubicada en el predio de la Marina frente a los Juzgados Federales en la avenida Comodoro Py, algún gesto o acción concreta como la realizada por Ojea “por la memoria, la verdad y la justicia”. como una exhortación en los documentos.
Era notorio ver que el obispo que presidía a sus pares no iba acompañado de ninguno de sus hermanos, ni siquiera de la mesita del HVE, llamada Comité Ejecutivo, y ni siquiera estaba él. Alejandro Giorgiobispo auxiliar encargado de la vicaría de Belgrano donde se encuentra la ex ESMA, cuando se anunció su presencia.
El tiempo dirá si otros obispos del país seguirán el gesto de visitar y trasladarse a uno de los 700 antiguos centros secretos de detención, tortura y exterminio que existían en todo el país.