
Francia vive este jueves un undécimo día de protestas contra una impopular reforma de las pensiones decretada por el presidente liberal Emmanuel Macron, ocho días antes de una decisión clave de la justicia que podría desbloquear o profundizar un conflicto que afecta la imagen del Gobierno.
Colegios y universidades bloqueados, algunos trenes cancelados y una frecuencia «casi normal» del transporte público en París indican un movimiento de protesta que continúa pero que ha perdido fuelle en las últimas semanas en un país que aún no encuentra una salida a la crisis. sociales y politicas.
Este miércoles, un un encuentro entre la Primera Ministra, Élisabeth Borne, y los principales dirigentes sindicales Sirvió para confirmar que sus posiciones no habían cambiado hasta la decisión del Consejo Constitucional del 14 de abril.
«Todavía estamos en este punto en el que estamos pidiendo el retiro de la reforma. El gobierno dijo: ‘Vamos al Consejo Constitucional, es un proceso democrático'», dijo el jueves en la radio RTL. Dirigente sindical de la CFDT Laurent Bergera quien corresponde a Macron «resolver» el «problema».
Decreto de Emmanuel Macron
Sin embargo, el gobierno se niega a retirarlo. una reforma que aplaza la edad de jubilación de 62 a 64 años hasta 2030 y traslada la obligación de cotizar de 43, no 42, a 2027cobrar una pensión completa, algo que dos de cada tres franceses rechazan, según las encuestas.
Su inauguración a mediados de enero ha desatado desde entonces una ola de protestas que se radicalizó el 16 de marzo cuando el presidente francés decidió adoptarlo por decreto, temiendo la derrota en el Parlamento donde el partido de gobierno no tiene la mayoría absoluta.
El Gobierno se defiende que elevando una de las edades de jubilación más bajas de Europa evitará un futuro déficit en el fondo de pensiones, pero sus opositores creen que esto penaliza a las mujeres con hijos ya las que empezaron a trabajar desde muy jóvenes.
Un signo de debilidad aún presente.
Empleados del sector cultural desplegaron este miércoles una pancarta con el lema: «No en el 64» en el Arco del Triunfo de París, informó la agencia de noticias AFP.

Desde el 7 de marzo, cuando los sindicatos movilizaron a 1,28 millones de personas, según la policía, y 3,5 millones, según el sindicato CGT, las manifestaciones perdieron fuerza. El 28 de marzo había entre 740.000 y más de dos millones, según ambas fuentes.
Todos los ojos están puestos en él. Consejo Constitucional. Su opinión sobre la vigencia o no de la reforma marcará la evolución de un arraigado conflicto social que, según observadores y encuestas, favorece a la líder ultraderechista Marine Le Pen.
Mientras tanto, el primer ministro Borne incrementó esta semana los contactos con las fuerzas políticas para tratar de lograr una mayoría estable en el parlamento, pero fracasó: los republicanos (derecha), aliados del gobierno en la lucha por la reforma de las pensiones, rechazan una alianza global con el oficialismo.