
Representantes de distintas fuerzas políticas tienen hoy la obligación de trabajar dos problemas que preocupan cada vez más a las familias argentinas: primero, la solución la creciente situación de adicción y reducir la venta de drogas en el barrio; y segundo, entenderlo Cuando hablamos del avance del crimen organizado y el narcotráfico, nos referimos a un problema que no se limita solo a la ciudad de Rosario, sino que se extiende cada vez más a todos los grandes centros urbanos de nuestro país..
En el Congreso Nacional acabamos de aprobar un proyecto de ley para fortalecer la justicia penal federal de Santa Fe. Es un paso importante para mejorar la seguridad en la provincia y combatir directamente el narcotráfico. Pero es claro que, además de contar con los jueces y fiscales necesarios, el camino no acaba ahí y hay que avanzar en muchos pasos más.
El primer eje es entenderlo. no estamos ante fenómenos locales y aislados. Si el problema atraviesa Rosario, Córdoba, la Ciudad de Buenos Aires, los municipios de Buenos Aires, San Miguel de Tucumán, es claro que estamos ante un tema nacional. Por lo tanto, debemos abordar varios temas clave al mismo tiempo, además de mejorar el sistema de justicia, para lograr la erradicación del narcotráfico en todos los principales centros urbanos de Argentina. Es urgente una política penitenciaria integral para evitar la influencia del crimen organizado y el narcotráfico.
Pero no se borrará el problema social, ni se reducirá el consumo de drogas en los barrios si la mitad de los jóvenes no termina la secundaria. La escuela necesita una reforma profunda, por eso presenté un proyecto de ley para modernizar las aulas argentinas y ofrecer oportunidades. Necesitamos un sistema educativo vinculado a la ciencia, la tecnología, la educación del conocimiento y la adopción de un sistema dual que prepare a niñas y niños para el mercado laboral de la Argentina que se avecina.
Hay que desmantelar la oferta de préstamos usureros que solo condena la pobreza y atrapa a tantas niñas y tantos niños que se endeudan para comprar drogas. Si esto no se contrarresta con un mecanismo de crédito claro, le irá mejor al que vende droga que al que trabaja. Y esa es la condena de nuestro país a la ruina.
eso lo aprendi hace mucho tiempo la diferencia entre las palabras y los hechos es el cálculo. Por ello, es necesario implementar políticas públicas y leyes que creen 400 nuevos centros para la prevención de problemas de adicciones, fortalecer el sistema de salud, y en especial la salud mental.
También debemos apoyar a quienes hoy hacen, son, apoyan y actúan. El objetivo debe ser fortalecer las áreas sociales y los servicios locales para proteger los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
Y no se quede ahí: hay que fortalecer los clubes en cada barrio y en cada ciudad, los centros culturales, las iglesias y las organizaciones religiosas. Que las niñas y niños estén en la escuela, vayan a clubes e iglesias, se capaciten y tengan la oportunidad de construir su futuro.
Si queremos una Argentina con un futuro mejor, debemos concretar en acciones el compromiso que asumimos en Luján, en la campaña impulsada por la Federación de Casas de Cristo, presidida por el Padre Pepe Di Paola, junto a los líderes de las distintas corrientes políticas. fiestas. No puede haber grietas en este acuerdo conjunto para el progreso: NI UN PIBA NI UN PIBA MENOS PARA LAS DROGAS.